martes, 18 de diciembre de 2012

La lotería de la comida

Por qué será que los niños pequeños un día se vuelven locos por una comida y al día siguiente no la pueden ni ver? A Plastilina le ha encantado siempre el tomate frito y si se lo pones con atún y espaguetis entonces...la más feliz del mundo. Hasta ahora, porque lleva dos semanas en las que no hay manera de que se lo coma. Que nada. Que no. Que no lo quiere. En cambio los guisantes...cómo se los comió ayer! Y hoy! (sí, hoy también se los he puesto para comprobar que no lo había soñado).

Leí por alguna parte que hay que darles a probar un alimento entre 10 y 12 veces antes de poder descartarlo totalmente de la lista de "me gusta". Pero claro, es una locura a la hora de cocinar! En el menú hay que incluir: lo que seguro que se come, lo que puede que se coma y lo que queremos que se coma.
Es decir:
  • pasta que nunca falla
  • guisantes que ayer colaron
  • huevo, un alimento muy importante en la dieta

Y ahora esto lo combinamos...cómo? Con salsa? Sin nada? Juntos en plan camuflaje? Separados para que los pueda tirar si no los quiere?
Cuando le pones el plato en su trona es como quien juega a la lotería: esperas ganar pero puede ser que no te toque ni el reintegro. Aunque, visto en esta situación, el reintegro sería la comida de vuelta, no? 

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