domingo, 26 de mayo de 2013

22 meses!

Plastilina ya tiene 22 meses. Increíble. Suena a tópico pero es la verdad: el tiempo pasa volando.
Ahora ya no es un bebé sino una niña pequeña y cada día es una auténtica aventura. Intento captar cada momento, con una foto, con una anotación, con este blog pero los recuerdos se acumulan y se olvidan. 

Por eso hoy me gustaría hacer una pequeña descripción de cómo es ella ahora mismo para que poder recordarlo cada vez que quiera.

Descripción física

Plastilina es grande para su edad. No sé muy bien cuánto mide pero usa ropa para niñas de 2 a 3 años. Pesa más de 13 kilos y calza un 23-24. Hasta ahora le he cortado el pelo unas cuatro veces y no sé muy bien si dejarle el pelo largo. El flequillo es lo que da más que pensar porque, hasta que le crezca le va a molestar para ver pero, como no siempre se deja pone un ganchillo, lo veo bastante práctico.

Carácter

Es muy, muy cariñosa, le encanta dar besos, achuchones y, por supuesto, que se los den a ella.
Es simpática y siempre dice "hola" a todo el que se cruza en la calle.
Por la mañana se despierta con una sonrisa y de buen humor. No pasa lo mismo después de la siesta porque asoma con muy mal humor.
Es buena con otros niños y muy pocas veces le ha pegado a alguno. Está entrando en la fase del "mío" y ya no es tan fácil que deje sus cosas pero, aún así, suele compartir.
Es tranquila. Se queda quita cuando le limpias la nariz o las orejas, le cortas las uñas y el pelo, le pones crema, le quitas algo del ojo o del pelo. Incréible.
Es muy alegre y le gusta mucho cantar y bailar.

Gustos

Le encanta que le ponga crema, le vuelven loca los zapatos, se pasa ratos pintando con su padre, no se cansa de mirar libros y de que le contemos historias.
Ayer empezó a "hablarle" a su muñeca, le cambió el pañal, le contó un cuento, la peinó...toda una mamá!.
Es bastante callejera y cuando le digo que vamos a salir le falta tiempo para ponerse los zapatos y abrir la puerta. 
Del parque, lo que más le gusta, es el columpio. Se enfada cuando está ocupado y hay que distraerla hasta que está libre. 
Con la llegada del buen tiempo ha descubierto el helado y, si por ella fuera, todos los días habría uno. Cuando lo toma en tarrina se lo come muy bien pero en cucurucho es más difícil porque sólo lo agarra y no se lo come. Acaba derritiéndose y me lo tengo que tomar yo. 
Para comer es muy buena. Come con mucha gana pescado, pasta, arroz, carne, garbanzos, sopa, plátanos, pasas, yogures...la verdura también le gusta aunque no siempre se la come. 

Rutina

Se despierta a las 6 y lo primero que hace es pedir leche con cacao. Creo que sería feliz tomando sólo eso todo el día. No hay manera de que coma nada más así que yo desayuno y ella mira. Después jugamos un poco, nos vestimos y, depende del día, vamos a la guardería. Ahora mismo sólo va tres días en semana de ocho a 12. Allí come a las 11.30 así que cuando la recojo ya ha comido. 
Volvemos a casa, se echa una siesta y a eso de las 2:30 ya estamos en la calle. Casi todos los días vamos al parque aunque nieve, haga frío o calor. Si llueve buscamos un plan B o nos quedamos en casa.
La merienda suele ser en el parque y consiste en fruta, zumo y pan. Como siempre quedamos con amigas solemos compartir lo que cada una lleve. Muchas veces Plastilina no se come lo que yo llevo sino lo que "pilla" de alguna mamá. 
Volvemos a casa cerca de las 6. Mientras juega con su padre yo preparo la cena y a eso de las 6:30 estamos ya cenando. Después suele venir el baño, jugar un poco y la rutina de dormir: leche con cacao, cuento, lavarse los dientes y, sobre las 8, a la cama. 

En fin, esto es una mínima parte de todo lo que es ella y cada día me alegro más de poder conocerla. 

martes, 21 de mayo de 2013

El que faltaba

Chico siempre ha sido muy deportista. Ha practicado el fútbol, el esquí, la escalada, ha hecho jogging, siempre va en bici...Total, que es un hombre que está en forma. Su problema es que, ya no es un chavalín de 20 años y que todo lo que hace se lo toma en serio. Es decir, él no da un paseo en bici no. El practica el ciclismo. El no va a nadar, no. El practica la natación. El no echa una partida de fútbol con los amigos, no. El quiere demostrar que Austria tiene potencial futbolístico. 

A qué viene esto? Pues a que el otro día se fue a jugar al fútbol y llegó lesionado. Se ha hecho no sé qué cosa en el pie y ahora le han dado 6 días de baja. El problema es que no es la primera vez porque ya tuvo una operación de hombro y otra de rodilla, esguinces, torceduras, etc. Y gente, qué queréis que os diga, me cabreé. 

Primero, porque no me gusta que esté dolorido. Segundo, porque ayer lunes y hoy martes han sido festivos en Austria y, por tanto, teníamos un fin de semana largo preparado con muchas actividades de las cuales, of course, no hemos hecho nada. Y tercero...porque acababa de estar una semana de enfermera de Plastilina y ahora me tocaba seguir siéndolo. 

Ay! Cómo me tocó la moral! Yo no sé el resto de los hombres pero, los que yo he conocido, son unos muy malos enfermos. Parece que se les va a caer el mundo y que están medio agonizando. No quiero entrar en charlas sexistas pero...mi experiencia es que las mujeres aguantamos más. 

Menos mal que ayer parece que a Chico le vino una revelación y me dijo que, no me lo puede prometer, pero que cree que va a dejar el fútbol. Será porque Beckham también lo deja?

miércoles, 15 de mayo de 2013

El que avisa no es traidor

La semana pasada, cuando Plastilina estaba enferma, mandé un mensaje a la directora del jardín de infancia para decirle que no iba a ir el viernes. Como lo estaba escribiendo en alemán iba leyendo en voz alta lo que ponía para que Chico me corrigiera por si metía la pata. Cuando llegué a la parte donde explicaba lo que tenía Plastilina el papá va y me dice que eso, a ellos, no les interaba y que yo no tenía por qué decirlo. En ese momento pensé: "pues sí, es verdad". También me dije: "los austriacos se comunican menos, son más reservados, así que no hables de más".  Total, que no lo puse.

Este lunes, que Plastilina estaba ya recuperada, la llevé de nuevo y le dije a la señorita que había estado enferma, que no había comido nada desde hacía casi una semana y que, si no tenía ganas de comer, pues que la dejaran tranquila. Ah, y le dije que había tenido estomatitis (o como sea que se llame en español ese virus). 

Esa tarde, hablando con dos amigas, me liaron la bronca por no haber dicho en el mensaje lo que le pasaba a Plastilina porque es deber de madre comunicar a las demás que tu hijo tiene algo contagioso y así puedan estar atentas. Jolines, es que a veces una piensa en mil cosas y otras no piensa en nada. 

Y es que es así, si el lunes, que fue el día que Plastilina empezó con la fiebre y las pompillas en el trasero, alguien me avisa de que en la guarde hay algún caso de enfermedad hubiera tenido los ojos más abiertos a las señales. En lugar de eso pensé que serían los dientes  y tardé tres días en ver qué le pasaba realmente. 

Mis amigas, que han estado al tanto de todo, van a estar una semana mirando con lupa cada pupa, roncha, ampolla, rozadura, etc que les salga a sus críos por si Plastilina les ha pegado algo. Es más, hoy en el grupo de juego han dicho que otro niño está enfermo de eso (niño que es compañero de mi hija) así que estas mamás también estarán alerta. Es más, en mi caso no, pero en las guarderías de mis amigas tienes que llevar una justificación del médico diciendo que ya ha pasado todo y que no hay riesgo de contagio. 

Total, que sé que es una faena cuando tienes que quedarte en casa cuidando de tu peque pero es importante que pensemos en las demás madres y, más que nada, en los demás niños para intentar evitar en todo lo posible que ellos también lo pasen mal.

 


lunes, 13 de mayo de 2013

El remate del tomate

Por si no fuera poco estar una semana sin apenas dormir, sin comer, con fiebre, de mal humor y con dolor a Plastilina no se le ocurre otra cosa que meterse una piedra en la nariz. Muy fuerte!. La saco un momento al parque para que tome aire y regreso  llevándola en brazos hecha un mar de lágrimas. 

Resulta que cuando estaba sentada en su carrito, tranquila, de regreso a casa de pronto se puso a llorar como una loca. La agarré porque ese llanto no era normal y se me abrazó con tal fuerza que mi luz de alerta de encendió. Eso que se le llama instinto de madre y que, en mi caso, suele estar más de vacaciones que trabajando, me dijo que tal vez se hubiera metido una piedra en la nariz. A ver, también me ayudó a llegar a esa conclusión una pequeña piedra que Plastilina tenía en la otra mano.

Miré por si veía algo pero nada. Intenté limpiarle la nariz que estaba moqueda de tanto llanto y no me dejó. Tengo que aclarar que Plastilina es única en lo que a limpieza de nariz, orejas y ojos se refiere: le encanta, se queda quieta, quieta y es una tarea bastante fácil. 

Al llegar a casa seguía igual, penosa y sin dejar que le tocara la nariz. Cuando Chico llegó de visitar a su madre (ayer fue el día de las madres en Austria) le comenté lo que me rondaba por la cabeza. Le volvimos a mirar y nada. 

En esto que se puso a llorar por no sé qué cosa y de pronto le salió de la nariz cual torpedo ultrasónico:  una piedra!" O, como se dice en mi tierra, un chino! Y no era pequeño. De hecho no estoy segura de que pudiera entrar en mi nariz así que no sé cómo consiguió Plastilina metérse eso en la suya que, por cierto, es bastante pequeña. 

Ahora, ese objeto intruso está bajo llave en el cajón de los recuerdos para mostrárselo cuando sea mayor. Y es que, eso de que hay que tener mil ojos con los peques es una gran verdad. 




viernes, 10 de mayo de 2013

Sueño roto

De pequeña siempre quise ser espía. Jugaba a que tenía que observar al "sospechoso", hacerme pasar por alguien que no era, mentir cuando me preguntaban, etc. Todavía hoy me vuelven loca las películas y series de espías y sigo pensando que podría haber sido una muy buena. Bueno, cambiemos el verbo y pongámoslo en pasado" pensaba". Porque anoche me di cuenta de que no, de que ese no sería un trabajo para mí. 

A ver, mentir e improvisar se me da de escándalo, soy observadora, me fijo en los detalles, puedo ser buena actriz pero...en cuanto me pillaran y me torturaran una noche sin dormir me ponía a cantar la información en menos de un minuto!

Es que llevo ya cinco noches seguidas siendo despertada cada media hora por el llanto de Plastilina y tengo los nervios a flor de pie. Es lo peor que le pueden hacer a alguien: no dejarle dormir. Es horroroso cuando notas como ya entras en esa fase previa al sueño, cuando estás toda relajada y sabes que ya, que ya vas a caer...y....de pronto: maaaaaaaaami!!!! Ay, me mata!

Lo peor es que me crea un mal humor que no puedo controlar y, aunque normalmente tengo paciencia, ahora se me acaba en cuanto empieza un llanto. Termino perdiendo los nervios y le grito a la pobre de Plastilina. Luego se me cae el alma a los pies cuando la miro porque la pobre sé que no lo hace a propósito y sé que lo que más necesita es a su mamá y no a un monstruo chillón y antipático.  

En fin, hoy ha dicho Chico que lo peor ya ha pasado y que esta noche seguro que la va a pasar bien. Eso espero, tanto por mi salud mental como por Plastilina.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Duda resuelta

Hace pocas horas escribía que Plastilina se encontraba mal y que yo no estaba segura de si era de los dientes o no. Bueno, pues ya sé de qué se trata: estomatitis. Algo que no había oído en mi vida! Resulta que es un virus del que todos somos portadores pero que sólo se activa cuando el sistema immunológico está bajo. Sus síntomas son fiebre alta y pompas o ampollas en la boca, lengua, manos, pies y en el culete. 

Todo eso es lo que tiene Plastilina. La alarma me sonó cuando no quiso comerse ni un piquito de pan, algo a lo que nunca dice no. Entonces me fijé y vi algo blanco en la punta de la lengua: ampollas. Eso ya no podía ser de los dientes! 

La llevamos al hospital y allí nos dieron el diagnóstico. Tiene que estar en casa hasta que se le pase, tomar supositorios para la fiebre, una analgésico para las pompitas de la boca y, sobre todo, beber. Si no conseguimos que beba litro y medio entonces tenemos que llevarla al hospital para que le den líquido por vía intravenosa porque se puede deshidratar. 

Algo que no creo que pase porque ya lleva casi un litro entre agua y leche. Parece que le están sentando bien los medicamentos porque está mucho más tranquila y de mejor humor. 

A ver qué tal pasamos la noche!

Otra vez con fiebre

Ya no sé a quién creer, si a los que dicen que cuando salen los dientes duele o a los que dicen que eso es un mito. El caso es que Plastilina lleva dos noches con fiebre y hoy no para de babear, de llevarse el dedo a la boca y de decir: pica!. 

Está llorica, pesada, caprichosa,malhumorada...así que, síntomas premenstruales no puede ser con lo cual...creo que me quedo con que le duelen los dientes.

Esta mañana, después de una noche de lloros y "mamis" por aquí y "mamis" por allá no aguantaba más de cansancio así que he llamado a Chico de un grito y le he pedido que se llevara a Plastilina. He dormido como una hora más pero siempre escuchando de fondo a la mosca cojonera "mami, mami, mami". Al final me he levantado porque seguir en la cama tenía poco sentido. 

Lo primero que me dice Chico es que él también está despierto desde las cuatro. Ya, claro! pero él duerme fuera y no tiene un disco rayado a cinco mílimetros de la oreja que le grita constantemente. Así que eso no cuenta como "qué pena doy". 


lunes, 6 de mayo de 2013

Momentos mágicos

Ultimamente aparecen mucho por mi vida. Será que tengo los ojos bien abiertos por si pasan? No sé, el caso es noto cuando están a punto de pasar. Como cuando sientes que viene una tormenta. Igualito. Intuyo que se aproximan y me preparo para estar bien alerta cuando lleguen. Y...ahí están: los momentos mágicos!

Son aquellos momentos en los que Plastilina, de pronto, te da miles de besos y de abrazos, te llama "mami", te mira a los ojos de una manera profunda como diciéndote que te quiere. Y tú, la miras también y te preguntas cómo puedes tener tanta suerte de tenerla.

Esta mañana ha sido como un huracán lleno de esos momentos. Parece que se ha levantado con la mamitis subida porque no ha parado de achucharme y de besarme toda la cara. Estábamos en el sofá, empezando la mañana tranquilamente, Plastilina tenía la cara de churretes, entre el cacao, los mocos, las lágrimas secas de la noche estaba para meterla en la ducha y darle un buen baño. De pronto, así abrazaditas, nos hemos quedado mirando y he sentido, con toda su fuerza, eso tan famoso que es : el amor de madre.