lunes, 26 de mayo de 2014

Fuera pañales

Hace varias semanas que nos venía rondando la idea de quitarle los pañales a Plastilina y, aunque la animábamos a ir al baño, no nos habíamos puesto en serio. Ahora ya ha llegado el buen tiempo y hemos pensado que ya está preparada para pedir hacer sus necesidades. Además, admito que ya me "molestaba" un poco eso de: todavía lleva pañal?". Pues sí, señoras, lo lleva porque el verano pasado cuando cumplió dos años no nos pareció el momento. Y, aunque ella es alta para su edad, no deja de pequeña.

Nuestro plan era quitárselos este verano pero la semana pasada, cuando abrimos un paquete de pañales, Chico y yo nos dijimos que ese iba a ser el último paquete que comprábamos para Plastilina. Cuando se acabara no habría más y...que fuera lo que Dios quiera.

Ese momento llegó el jueves por la noche. Ultimo pañal. El viernes por la mañana se lo quitamos y...braguitas al canto. Ese día, por lo que pudiera pasar nos quedamos en casa sin salir. En mi cabeza rondaban muchas ideas y sugerencias de otras madres: dale un premio cada vez que va, dale una pegatina y ponerla en la puerta, siéntala cada media hora, haz pis con ella...después de darle vueltas a algunas y de descartar desde primera hora otras ( ni loca iba a dar premio por hacer pis) no hice nada. Es decir, pasamos el día tan normal. Le pregunté un par de veces si quería ir al baño pero para nada le di la tabarra cada media hora. Tampoco hice pis con ella, ni la dejé en cueros (sugerencia de una amiga), ni le di poco de beber...vamos, que creo que ese día nos olvidamos las dos del tema.

Y funcionó. Perfectamente! Desde entonces no se ha hecho encima ni una vez. Siempre ha pedido ir al baño y ha ido ella solita. La cama ha amanecido seca por las mañanas (porque eso era otra: de día no y de noche sí? ) . Estamos que no salimos de nuestro asombro y alegría. Desde luego los niños nunca dejarán de sorprendernos ni para bien ni para mal.

lunes, 19 de mayo de 2014

Comienzos

Mi pequeñita ya tiene 3 meses. Dios! Cómo pasa el tiempo! Es que eso de "parece que fue ayer..." es una de esas verdades como templos. Sí, parece que fue ayer cuando me puse de parto y, unas horas más tardes, nos convertíamos en un número par. 

Hoy me veo entre el terremoto de mi niña de dos años y la quietud de un bebé que duerme, mama y vuelve a dormir. Vuelvo a disfrutar de sensaciones como la de sostener en brazos a un ser pequeño que, aunque ha estado dentro de mí muchos meses, es ahora cuando le empiezo a conocer.

Llegan otra vez los momentos de tomar decisiones: chupete, colecho, mochila, biberón? Algunas sé claramente cuales serán porque las copiaré de las que en su día tomé para Plastilina. Otras me las replanteo porque las circunstancias han cambiado.

Haciendo resumen de estos tres meses tengo que decir que han sido como una montaña rusa. El parto y el postparto fue muy bien pero a la semana la cosa se complicó. La llevé al hospital porque la veía un poco amarilla y tenía un poco de congestión. Salí con lo puesto pensando que volvería a casa en unas horas y lo hice 5 días después. Me dió un aténtico bajón al pensar que aquel bebé que me había llegado en perfectas condiciones, una semana después, tenía bronquitis, la bilirrubina alta, el ombligo necesitaba una cura, sarpullido en la zona del pañal, la uña del dedo gordo del pie había hecho una herida en la carne...vamos, un desastre! Cómo podía ser? Tan mal la había descuidado? 

Cuando le dieron el alta todo fue a mejor, mi madre vino a pasar un mes en casa y pude dedicarle más atención. Después nos fuimos a España y de nuevo vinieron momentos de alegría, de agobios, de cuestionarse muchas cosas...en fin, un desastre emocional. 

Ahora estamos de vuelta y me alegro de que empecemos, poco a poco, a encontrar una rutina. A organizarnos. A conocernos y adaptarnos como familia.